Buscar en este Blog

domingo, 12 de marzo de 2017

"El caso del deán de Santiago o el Brujo Postergado" del infante Don Juan Manuel

La reflexiones generadas a partir de las historias y consejos de Patronio al Conde Lucanor


Casi siempre se cruzan o convergen las obras narrativas con las películas del cine, de hecho por lógica muchas de estas, están inspiradas en estas obras escritas, pero en este caso si bien en esta obra clásica de donde se obtiene este caso o historia del siglo XIV, de la obra llamada "El Conde Lucanor" que es una obra narrativa de la época medieval española, y que ha sido representada en algunas ocasiones a través de medios audiovisuales, para ciertos casos, o historias, donde las más representadas por lo general son las que dejan por medio de una parábola al igual que en las parábolas orientales o budistas una enseñanza o metáfora final que se puede practicar.

El deán de Santiago de Compostela,
o el Brujo Postergado.
Alrededor de 600 años después de esta historia que se presenta a continuación, y que se llama "El caso del deán de Santiago y don Illán el maestro de Toledo", también llamada por otros "El Brujo Postergado", obtenida como dije antes, de la obra "El Conde Lucanor"fue que nació el cine a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, y que hoy en día esta historia quedaría perfecta para ser representada o llevada al cine de hoy en día (de todas formas si hay disponibles algunas adaptaciones antiguas como películas), pero lo ideal seria tal cual como se narra a continuación, dado que contiene elementos y cosas universales que transcienden el tiempo, y que han ocurrido siempre, en donde el mundo de los sueños y la realidad se cruzan para mostrarnos la verdadera realidad finalmente tal cual como es, y que en este caso por ello se podrían obtener reflexiones a modo de reflexión cinematográfica, dado que esta historia aplica para ello, y que para sus respectivos comentarios, se presenta a continuación:


"El Brujo Postergado"


En Santiago de Compostela había un Deán, que por aquel entonces era un cargo bastante subordinado dentro de la iglesia. Un deán que tenia interés en aprender las artes mágicas, la nigromancia.
Oyó decir que Don Illán de Toledo era el que más sabia de estas cosas, entonces se puso en camino hacia Toledo, no bien llegó y fue derechito a la casa de don Illán, y lo encontró al hombre, en un cuarto profundo de su casa en penumbras, y estaba manejando don Illán un aparato de extraña factura.
¡Tenia interés en aprender las artes mágicas, la nigromancia!,
Y le dijo, ¡mire don Illán, yo quisiera aprender las artes mágicas, etc, etc!.
¡Si, como no, le dijo don Illán, pero yo adivino, que usted es deán, y que va a subir mucho en jerarquía, 
y yo tengo miedo de que usted después me olvide,!
¡Don Illán por favor, usted me esta insultando, le aseguro que yo jamas voy a olvidar sus mercedes, y que sabré devolvérselas!.
Bueno ya arreglado el asunto, apareció la sirvienta de don Illán y le dijo a ella,
¡Para la cena prepare perdices, pero no las ponga a asar hasta que yo se lo diga!,
¡muy bien Don Illán!, dijo la sirvienta, y se fue.
Y entraron a un cuartito que estaba vacío, lo único que había era una losa con una argolla de hierro en el piso.
Don Illán le dijo, ¡mire, las artes mágicas, solo se pueden aprender en un lugar apartado, venga conmigo, ayúdeme por favor a levantar esta losa!.
Entre los dos levantaron una losa bastante pesada, había una escalera de piedra muy bien labrada, bajaron por ella, bajaron y bajaron y bajaron tanto, que al deán de Santiago le pareció que el rió Tajo, estaba  pasando ya por sobre sus cabezas, llegaron a una pequeña celda que tenia una biblioteca, tomaron unos libros los empezaron a mirar, 
y justo en ese momento cayeron dos visitantes, 
para decirle que su tío el arzobispo había muerto, y que se estaba hablando de nombrarlo a él como sucesor, que era preferible que se quedara acá en Toledo, que no fuera allá, iba a ser mejor si lo elegían en ausencia, no en presencia,
¡Tenia interés en aprender las artes mágicas, la nigromancia!,
Como a los diez días llegaron dos escuderos, que se le pusieron de rodilla al ex deán, le besaron las manos, y lo saludaron arzobispo.
Entonces don Illán se puso muy contento, ¡Que suerte que en mi casa a ocurrido esta novedad, lo felicito señor arzobispo!,
¡Le pido por favor que me de la merced que usted me había prometido, el deanasgo vacante que se lo de a mi hijo!,
¡Mire!, le dijo, el recién nombrado arzobispo, 
¡Yo tengo el deanato reservado para mi propio hermano,
pero no importa usted y su hijo acompáñenme a Santiago de Compostela, donde yo los voy a llenar de mercedes!.
Bueno se fueron los tres, y como a los seis meses más o menos, le llegó al arzobispo una carta del Papa, que decía que le ofrecía el Obispado de Tolosa, y le hacia la merced de permitirle designar sucesor.
Entonces don Illán le dijo, 
¡Bueno, otra vez se esta cumpliendo lo que yo le decía!.
¡Deme por favor el arzobispado vacante para mi hijo, y con eso yo me doy más que cumplido!.
¡No, no puedo le dijo el nuevo obispo, porque he reservado ese cargo para mi tío por parte de padre,
pero acompáñeme con su hijo allá a Tolosa, y los voy a llenar de mercedes!.
Hasta ahora no les había dado nada. 
Bueno, don Illán refunfuñó como es lógico, pero bueno que podía hacer, salvo inclinarse. Otra vez las mercedes se hacían esperar para don Illán que ya estaba un poco harto. Dos años después llegó un nuevo oficio del Papa, diciéndole que le ofrecía el Capelo de Cardenal, y que le hacia la merced de permitirle que el nombrase sucesor.
Entonces don Illán le dijo, 
¡Bueno ahora ya esta en situación de cumplirme, deme el obispado para mi hijo!,
¡No puedo don Illán, porque he reservado el obispado para mi tío por parte de madre que esta muy viejito, en cualquier momento se muere, y yo no quisiera que mi tío por parte de madre se muriese, sin esta merced!. 
¡Acompáñeme a Roma, usted y su hijo acompáñenme, y los voy a llenar de mercedes!, 
¡Bueno esta bien vamos a Roma los tres!,
Fueron a Roma donde fueron recibidos con honores, procesiones y misas. Don Illán tenia ganas de poner el grito en el cielo, ya era demasiado abuso, pero el que podía hacer. Como a los cuatro años murió el Papa, y el colegio de cardenales lo eligió a este cardenal como Papa. Bien, entonces don Illán muy humildemente besó los pies de su santidad y le recordó su antigua promesa, a lo cual su santidad se enojo muchísimo, y le dijo, 
¡Un momento, usted me esta incomodando ya, hace años, mejor no hable o lo meto preso en una ergástula, porque bien se yo, que usted allá en Toledo, no era otra cosa que un brujo, y un nigromante, así que agradezca que no lo hago meter preso, y sea esta toda la merced, que usted pueda recibir de mi!.
¡Muy bien! le dijo don Illán, ¡tengo que volver desde Roma a pie, hasta Toledo, es un viaje largo, por lo menos deme algo para comer!.
¡No le doy nada, mendigue por  el camino!.
Entonces don Illán sin un temblor en la voz, le dijo,
¡Caramba, en ese caso no tendré más remedio, que comerme las perdices que reserve para la cena!.
Entró la sirvienta, 
y le dijo don Illán, ¡bueno ahora si puede ponerlas a asar!.
Y el supuesto Papa se encontró que estaba en Toledo de donde nunca se había movido, porque don Illán lo había sometido a un sueño mágico para probarlo. Encontró que era solamente deán de Santiago, y tan avergonzado de su ingratitud, que no sabia como pedirle perdón a don Illán.
Don Illán le dijo, 
¡No se preocupe, con esta prueba es más que suficiente, 
permitame que lo acompañe a la salida, 
eso si, le voy a negar su parte de las perdices, 
que tenga muy buen viaje!.

Fin.

Comentarios:


Primero que todo a modo de contexto, al leer "El Conde Lucanor", de seguro el infante Don Juan Manuel se inspiró para su obra en muchas enseñanzas o parábolas orientales o budistas que a través del personaje de Patronio quien es el consejero personal del conde Lucanor, le aconseja a este a través de ciertos casos o historias, como ejemplos, su saber al conde, para que este tome sus respectivas decisiones. 
Esto se fundamenta no solo porque algunas de las enseñanzas o consejos de Patronio, son casi las mismas parábolas budistas, pero occidentalizadas por Don Juan Manuel, esto lo digo porque Don Juan Manuel fue contemporáneo de Marco Polo (1254-1324), el conocido mercader y viajero veneciano, quien a través de sus célebres viajes a Asia oriental, trajo consigo a occidente por primera vez los escritos originales, sobre las enseñanzas de Buda, dado el interés por saber en que creían estas personas de oriente acerca del budismo, y que de seguro llegaron a las manos del infante Don Juan Manuel, y que a través de su estilo propio castellano inspiró y escribió su notable obra narrativa "El Conde Lucanor".  


Don Illán y el deán de Santiago.
Independiente de que este caso, también llamado "El Brujo Postergado" o "El caso del deán de Santiago y don Illán el maestro de Toledo", que se basa en una historia con elementos católicos, que le ocurren al personaje principal que es el deán de Santiago de Compostela, queda en esta obra de manera explicita reflejado lo que quiere decir Patronio, por medio de este caso al conde Lucanor, y que Don Juan Manuel lo plasmó en su libro, y que se trata sobre el mal agradecimiento, que tienen las personas con respecto a otras que les ayudan a ellos.
En este caso quiere decir que si bien en la mayoría de los casos cuando se da que el ayudar mucho a otros, conlleva a que estos no sean agradecidos y se vuelvan egoístas, mucho menos estos después te ayudarán, cuando a un gran estado después subiesen, producto incluso de tu propia ayuda, por lo que este caso "comprende y entiende" el porque no hay que desvivirse, esforzarse y aventurarse en ayudar a otros cuando estos, no les dan a los que les ayudan ni las mínimas gracias, y cuando a pesar de todo siempre ponen alguna excusa para no devolver el favor, una vez que estos se encuentran con algunos de sus problemas ya solucionados, y que en otros casos incluso se da esto cuando el favor o ayuda realizada, aún no concluye, es por ello que comprende el porque no aventurarse en recibir las recompensas que en este caso el deán le dió a don Illán. La clave está en dar sin pedir nada a cambio, sin ningún interés, ni recompensa, ni favores, y que los agradecimientos o recompensas le nazcan solo al que esta siendo ayudado, en la medida de sus posibilidades y sus deseos.

Para mi el personaje principal es don Illán, ya que es el centro y el objetivo en el que se basa la historia, y que mantiene controlada la situación desde el principio, en este caso es un nigromante que maneja las artes mágicas, y que por medio de un sueño mágico que al final sorpresivamente se revela, es que le hace una prueba al deán para ver la cortesía y las recompensas que este obtendría en caso de ayudar al deán.


Don Illán,  El Mágico de Toledo.
También hay algo del que ríe último, ríe mejor, cuando el deán supuestamente iba subiendo en jerarquía, siempre le ponía una excusa a don Illán para no devolverle el favor que el mismo deán le había prometido que se lo devolvería en un principio, y que don Illán quería para su hijo.  A lo mejor si hubiese quedado de manifiesto que la ayuda no conllevaría ninguna recompensa, hubiesen quedado claros los términos explícitos e implícitos desde un principio y no habría habido ningún problema, pero don Illán tenia intenciones de obtener una recompensa por la ayuda entregada al deán al obtener este los conocimientos de las artes mágicas, y que de hecho don Illán se lo dice en un principio, que tenia miedo de que el deán después de subir mucho en jerarquía, este último al final se olvidara de él, por lo que por ello lo somete a este a un sueño mágico para ver que pasaría, revelándole finalmente al deán después de su gran ingratitud la verdad, negándole su parte de la cena de las perdices e invitándolo a salir de su casa, para que este vuelva de donde vino, sin quedar ningún resentimiento por parte de don Illán quien le dice que no se preocupe al deán, independiente de su muestra de ingratitud, ya que con esa prueba era más que suficiente y que tuviera un buen viaje.

Este cuento ha sido y podría ser perfectamente un buen argumento para una película del cine de hoy en día, ya sea corta o larga, porque tiene los elementos necesarios para serlo, y que van desde un inicio que entrega pistas, sobre lo que pasaría más adelante, hay todo un desarrollo, y un clímax antes del sorpresivo final.

También  hay algo sobre el tema de las promesas, de cuando se hacen promesas que después no se cumplen, porque naturalmente al subir las expectativas y no cumplirse lo que se prometió, este traería consecuencias obviamente más negativas para el que las hizo, por lo que deja entrever que no hay que prometer por ello cosas que no se van a cumplir.

Como dato a partir de lo leído en el cuento, el sueño mágico al que somete don Illán al deán tiene una duración de 6 años y medio, desde que el deán pasa de ser un deán a arzobispo, obispo, cardenal y finalmente Papa, pero que en la realidad del cuento no pasa de la media hora, son solo minutos, desde que bajan y bajan por la escalera de piedra para llegar a un lugar apartado donde se encontraba el cuarto para aprender las artes mágicas.

Además es de suponer en base al final y en base al tiempo de duración del sueño mágico que fue de años, que después le fue revelado al deán, que a partir de todo lo que vivió en el sueño y por muy deán que este fuese, a diferencia de don Illán es muy probable que el deán se halla ido de vuelta a Santiago de Compostela lleno de remordimientos por lo acontecido en su vida y el sueño mágico. Porque, que más hubiese querido el deán de que el sueño hubiese sido la verdadera realidad, aunque sus intenciones en un principio eran solo las de aprender simplemente las artes mágicas.

Hay que destacar sobre el autor, el Infante Don Juan Manuel (1282-1348), príncipe de España del siglo XIII, que fue un escritor medieval español de familia noble, sobrino del rey Alfonso X "El Sabio", de Castilla. Tuvo una vida activa y agitada, fue Duque, dueño de incontables tierras y castillos, militar, político y escritor. Su obra más famosa es "El Conde Lucanor", de donde se extrae esta notable historia. Fue uno de los hombres más cultos de su época y uno de los primeros escritores castellanos con estilo propio. Murió dedicado a la vida religiosa, dejando un legado cultural e influencias invaluables para posteriores escritores de lengua castellana como Miguel de Cervantes, entre otros.

A continuación les dejo el link directo de una particular, por no decir casi la única de las pocas películas que ha realizado una representación y adaptación cinematográfica a la historia de "El Conde Lucanor", llamada " De lo que aconteció a un deán de Santiago con don Illán, el gran maestro, que vivía en Toledo". Esta película se llama "Don Yllán, el Mágico de Toledo", dirigida por Alfonso Ungría y protagonizada por Álvaro de Luna, Manuel Pereiro, Charo López, Jack Taylor y José Yepes, entre otros, del año 1975, encontrada en la web de la rtve.es, en español.



¡¡¡Espero les haya gustado!!!.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario